sábado, 21 de febrero de 2015

¿Qué ha cambiado en Irán?




Observando la realidad política argentina en los medios periodísticos de mi país, he estado escuchando insistentemente a diversos comentaristas mediáticos sobre los supuestos cambios favorables que han ocurrido últimamente en la República Islámica de Irán y sobre todo el acentuado optimismo sobre un posible acuerdo nuclear entre el “nuevo” régimen teocrático con las potencias occidentales.

Por todo esto, hoy quiero contarles mis impresiones personales sobre Irán, un país con un régimen sancionado por la ONU, la Unión Europea, los Estados Unidos y otros países a causa de su programa nuclear sospechado de ser utilizado con fines militares.

El 14 de junio de 2014 el candidato reformista Hasán Rohani se convertía en presidente de Irán sorpresivamente tras ganar las elecciones por más del 50 por ciento de los votos y este promocionado triunfo produjo vientos de esperanza tanto dentro como fuera de Irán. 

Yo escribía hace algún tiempo: Histórico diálogo entre los presidentes de EE.UU. e Irán, si señoras y señores, Obama y Rohani hablaron por teléfono en su primer contacto entre los líderes de las dos naciones desde la revolución de los ayatollahs de 1979. 

El acercamiento entre Estados Unidos e Irán es ya una realidad, lo anunció Obama con solemnidad desde la sala de prensa de la Casa Blanca y lo confirmó el líder iraní por un cable de la agencia estatal de noticias de Teherán. En un rapto de optimismo luego de hablar con Rouhani pues Obama cree que Washington y Teherán podrán alcanzar una solución integral sobre el programa nuclear iraní. 

En una explosión de este lapsus ilusorio ya estaríamos en condiciones de anunciar que Obama justificará plenamente su premio Nobel de la Paz y Rohani se consolidará supuestamente como el líder más aperturista y pacifista de Irán.

Si se firma un acuerdo entre Teherán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China, más Alemania) Obama cree que será uno de los logros diplomáticos más importante de su gestión.

La aparición del Estado Islámico (EI) estableciendo un califato entre Siria e Irak con la sharia (ley islámica) como estandarte,  ha obligado Obama a cambiar sus planes en el Medio Oriente, luego de haberse retirado de Irak en 2011.

En estos días el líder supremo iraní, Alí Khamenei, respondió al presidente de Estados Unidos, Barack Obama a causa de una carta recibida y en la que Obama le pedía colaboración en la lucha contra los terroristas del ISIS cuando Irán selle el acuerdo nuclear que negocia con el G5+1 (China, Rusia, EEUU, Alemania, Francia y el Reino Unido). La respuesta no se hizo esperar y entrelineas le dio a entender que no se comprometía a combatir al grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) una vez alcanzado el acuerdo nuclear a partir del próximo 1 de julio de 2015.

Mientras tanto muchos miles de manifestantes conmemoraron en la plaza Azadi de Teherán el 36° aniversario de la victoria de la Revolución Islámica que produjo la caída del último sha de Persia, Mohamed Reza Pahlevi. Llevaban imágenes del actual líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei y de su predecesor, el ayatolá Ruhollah Jomeini. Sin sorpresas, en las pancartas se leían mensajes como “Muerte a EE.UU”, “Muerte a Israel” y “Muerte a EE.UU. Muerte a Israel. Alá es grande”.

El iraní Ahmed Sabatgold (nexo entre Hugo Chávez y Mahmoud Ahmadinejad cuando este último visitó Venezuela) fue protagonista destacado en la República Oriental del Uruguay. A principios de este año, los bomberos evacuaron las oficinas de la embajada de Israel en Montevideo al encontrarse un paquete sospechoso en las inmediaciones que resultó ser un explosivo con su respectivo detonante. Cuando las autoridades uruguayas sospecharon por las pruebas que le presentó la embajada de Israel, el escurridizo Ahmed Sabatgold ya se había fugado de Montevideo con rumbo desconocido. 

La Justicia Argentina ha acusado formalmente a Irán y a la milicia chiíta Hezbollah y ha solicitado la captura de Ahmad Vahidi, junto con otros cuatro jerarcas iraníes a quienes se acusa de decidir, planificar y organizar el atentado de AMIA, el 18 de julio de 1994 cuando un suicida de Hezbollah ejecutó la trágica catástrofe.

El gobierno de Irán rechazó sistemáticamente estas acusaciones y las evidencias siguen responsabilizando al Gobierno de Irán por el ataque, pero la causa judicial está prácticamente estancada, sin detenidos ni acusados…. dieciocho años después….

En el plano interno, el régimen iraní durante los 36 años que lleva en el poder ha ejecutado a unos 120.000 iraníes incluyendo a mujeres por relaciones sexuales fuera del matrimonio y a diversos opositores al régimen islámico.

Irán es uno de los pocos países donde los actos homosexuales son castigados con la pena de muerte. Más de 4.000 gays y lesbianas han sido ejecutados en Irán desde el comienzo de la revolución islámica de 1979 y en los últimos 12 meses murieron en la horca nada menos que 800 personas por la misma acusación.

Y mientras tanto continúa con su consecuente política negacionista frente al holocausto judío durante el  nazismo esta vez haciendo una segunda competencia de caricaturas que nieguen el Holocausto que serán exhibidos en el Museo Palestino de Arte Contemporáneo de Teherán.

Entonces, ¿Qué ha cambiado en Irán?, 

En Irán no ha cambiado absolutamente nada, solo existe en algunos incautos una insólita necesidad de creer en espejismos donde ciertos objetos lejanos aparecen reflejados en una estúpida fantasía sin ningún asidero en la realidad.

Dr. Guido Maisuls
www.identidades.com.ar


jueves, 19 de febrero de 2015

“El pueblo quiso saber de qué se trata”


 

Partimos incluidos en una importante y densa columna desde el edificio de la AMIA en la búsqueda de converger con “La marcha del silencio” en la Plaza de los Dos Congresos pero cuando llegamos a Avenida Callao comenzó una intensa lluvia con fuerte ráfagas de viento mientras la columna se iba engrosando progresivamente en un mar de paraguas y la incólume decisión de que el mal tiempo no nos iba a detener.

 

El silencio era ensordecedor a medida en que nos íbamos desplazando muy lentamente a través de la Avenida de Mayo, solo escuchábamos el ruido de nuestros pies chapoteando sobre el agua acumulada en la avenida, el entrechoque constante de nuestros paraguas que colisionaban en la multitud y el repiqueteo molesto pero épico de la insistente lluvia que por momentos era mas que intensa en nuestra sentida y emocionante travesía hacia la Plaza de Mayo.

 

Así se desplazaba esa inmensa e interminable columna compuesta de jóvenes, ancianos, hombres, mujeres, madres con hijos, discapacitados con sus bastones y sillas de rueda, ropas de trabajo y elegantes trajes, informales zapatillas y zapatos de marca, gentes de toda condición social y todos los rostros emocionados hasta el llanto.  

 

Era un interminable y silencioso despliegue, episódicamente interrumpido por los cánticos que atronaban en nuestra Marcha del Silencio: “Nisman presente”, “Oid mortales”, “Justicia” y “Viva la Patria”.

 

Mi sensación interna era inconfundible, estábamos protagonizando un hecho más que trascendente, era la Historia que volvía a repetirse.

Eran las imágenes de la Revolución de Mayo de 1810, mostrando a ciudadanos con paraguas frente al Cabildo, desafiando la adversidad de la lluvia intensa para convertirse en protagonistas de la historia al grito de “el pueblo quiere saber de qué se trata”.

Eran las imágenes de la Marcha del Silencio del 18 de febrero de 2015, mostrando a ciudadanos con paraguas a través de la Avenida de Mayo, desafiando la adversidad de la lluvia intensa para convertirse en protagonistas de la historia al grito de “el pueblo quiere saber de qué se trata”.

Era el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha que me decía: "La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre nada sobre la mentira como el aceite sobre el agua”.

Era recordar a Enrique Febbraro susurrándome: “Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia”.

Era escuchar a Vicente López y Planes acompañado por Blas Parera interpretando nuestro Himno Nacional Argentino:

“Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir”.



Dr. Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina


sábado, 14 de febrero de 2015

Un silencio ensordecedor




¡Por una Argentina sin fisuras!

En nuestra República Argentina estamos viviendo dramáticos momentos pues se ha instalado una inquietante grieta, una profunda fisura y dicen que esa grieta o fisura es la hendidura que se produce en una roca o en  alguna estructura en determinadas ocasiones.

Y lamentablemente una profunda hendidura se ha producido y esta dividiendo irremediablemente a nuestra sociedad argentina y entonces cuando nos hablan de grieta o fisura nos obligan a pensar en heridas, en separaciones, en desencuentros, en conflictos, en violencia y finalmente en profundos odios.

 En estos días que estamos vivenciando, la grieta o fisura se manifiesta dolorosamente como un antagónico desencuentro entre la estridencia y el silencio, entre el ruido y el silencio.

Así el silencio y el ruido se enfrentan inevitablemente, chocan ruidosamente en los medios informáticos, colisionan violentamente en los espacios públicos y privados, vociferan en la conciencia de los ciudadanos, discuten en los pasillos de los legítimos pero también en los mezquinos intereses de la sociedad y se miran sesgadamente en los sueños y valores de los argentinos.

Pero no todo es tan simple, no todo es visible a simple vista, no todo lo que vislumbramos es notorio, no todo lo que subyace es evidente. Por esto y por mucho más me inclino por el silencio porque:

El silencio nos confiesa: "cuando el río suena, agua lleva".

El silencio nos advierte: "La rueda más estropeada del carro es la que hace más ruido". Esopo.

El silencio nos explica: "Cuando el río no hace ruido, o no lleva agua o va muy crecido".

El silencio nos susurra "Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio". Mario Benedetti.

El silencio nos grita: "El silencio es el ruido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos". Miles Davis.

El silencio nos advierte: "Los ríos más profundos son siempre los más silenciosos". Quintus Curtius Rufus.

El silencio nos sigue hablando a través del genial mimo Marcel Marceau: "El silencio no existe… ese respeto al silencio es capaz de tocar a la gente, más profundamente que cualquier palabra"  "El silencio es infinito como el movimiento, no tiene límites. Para mí, los límites los pone la palabra".

Y entonces la realidad…."(...) La realidad no sólo es apasionante, es casi incontable". Rodolfo Walsh. 

Y entonces nos esperanzamos con el rayito de luz que nos propone el poeta, novelista y cantautor canadiense Leonard Cohen, cuando nos ilumina así: “Hay una grieta en todo; solo así entra la luz".

¡Por una Argentina sin fisuras!


Dr. Guido Maisuls
Escritor y periodista.
Periodismo de opinión e investigación.

viernes, 13 de febrero de 2015

Un asado en Israel


A las pocas semanas de hacer Aliah a nuestra Tierra de Israel y por causa de las frecuentes y familiares charlas con los habitantes de Kiriat Bialik de origen argentino y uruguayo, nos enteramos de que aquí se practicaba esa vieja costumbre sudamericana de hacer asados en lugares naturales, bajo la sombra de frondosos árboles, que protegían del ardiente sol del medio oriente.

Una esplendorosa mañana de octubre del 2002, nos encontró a nosotros, una típica familia de argentinos recién llegados al país en un lugar que denominaban: el campito. Ubicado en los límites de la ciudad con los sembrados campos kibutzianos, bajo enormes y verdes eucaliptos, se repetía el popular rito del asadito a las brazas.

Nos encontramos con numerosos grupos familiares y de amigos, distribuidos en mesas y bancos ubicados ordenadamente en este extenso predio y en cada lugar se elevaban al cielo sugestivas columnas de humo provenientes del carbón encendido en parrillas portátiles, ubicadas al costado o sobre las mismas mesadas. 

Lo curioso era que muchos hacían el asado a la llama del fuego y no a las brasas como acostumbrábamos nosotros y entonces tuvimos el gusto de conocer el desconocido bazar a la esh o carne al fuego, un manjar hecho en menos de 30 minutos, carbonizado por fuera y rojo sangriento por dentro.

En muchas mesas se escuchaba el idioma ruso y se acompañaba las carnes asadas al brochette saboreado con abundante vodka, en otros se sentían conversaciones en hebreo mientras comían albóndigas de carne asadas o kababim, brochetas de carne o shishlik y alitas de pollo con hummus y tjina regados con vinos del Golán o del Carmel.

Y no faltaban por supuesto, los grupos latinos que parloteaban un musical español con acentos porteños, tucumanos, cordobeses y uruguayos pero sobre todo dedicados pasionalmente a nuestras tradicionales tiras de asado, a nuestros inolvidables choripanes, a la archiconocida ensalada mixta y a la infaltable Coca Cola קוקה קולה israeli.

Pasaron lo años pero puedo asegurarte que aun hoy, continúo saboreando ese asado en Israel.


Guido Maisuls
Escritor y periodista.

sábado, 7 de febrero de 2015

Si yo fuese la Presidente


Natalio Alberto Nisman fue el fiscal argentino que tuvo a su cargo la causa del atentado la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) y por denunciar en estos últimos tiempos a la presidenta y a su entorno por el supuesto encubrimiento a la causa AMIA y el memorándum de entendimiento con Irán.



El 18 de enero de 2015 fue encontrado muerto con un disparo en la cabeza en su edificio Torre del Río del complejo Torres Le Parc, en el barrio de Puerto Madero, horas antes de exponer su denuncia ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados. 

Si yo fuese la Presidente respetaría a rajatabla la decisión del fiscal de informar a los medios periodísticos, a la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados y la presentación ante la justicia de las pruebas surgidas de su investigación pues en caso de ser infundadas quedarían completamente desechadas por el juez a cargo de la causa. 

Si yo fuese la Presidente ordenaría a mis funcionarios, militantes, simpatizantes y medios periodísticos afines a observar en forma atenta y respetuosa su presentación ante el Congreso de la Nación sin amenazas, improperios y tapones de punta pues la verdad no se puede imponer con violencia e intimidaciones, al contrario produce un efecto adverso a lo buscado.

Si yo fuese la Presidente hubiera creado un marco de protección total a la seguridad de su persona, produciendo una zona inexpugnable ante posibles ataques físicos, psicológicos y emocionales contra el fiscal y en especial en este caso donde ese 14 de enero de 2015 Alberto Nisman expresó: "Yo puedo salir muerto de esto [...] Desde hoy mi vida cambió. Es mi función como fiscal y le tuve que decir a mi hija que iba a escuchar cosas tremendas de mi persona". Así evitaría que todas las miradas se vuelquen implacablemente ante el Poder Ejecutivo.

Si yo fuese la Presidente no hubiera intervenido ni interferido con opiniones contradictorias ante esta causa caratulada de antemano como "muerte dudosa" con sus diversas especulaciones de si se trató de un homicidio, un suicidio inducido o un suicidio. Es mas, hubiera declarado inmediatamente por cadena nacional mis sentidos pésames ante el deceso del fiscal y ponerme a disposición de los familiares, fiscales, jueces y opinión publica para allanar todos los caminos esclarecedores del caso.

Si yo fuese la Presidente hubiera exigido la inmediata e indeclinable renuncia a aquellos funcionarios que perturbaron en estas horas tan sensibles a la ciudadanía, acusando, confundiendo y rompiendo periódicos en publico y de esta forma, apartaría claramente de toda sospecha de intolerancia hacia los principios democráticos mas elementales.

Si yo fuese la Presidente convocaría a una gran marcha pública para desfilar por las principales avenidas y plazas de la ciudad, convocando a la misma a funcionarios, senadores, diputados, gobernadores, fiscales, jueces, familiares de fallecidos en la causa AMIA, embajadores, instituciones de derechos humanos, colectividades, dirigentes empresariales y sindicales, organizaciones no gubernamentales y a la ciudadanía en general para garantizar el esclarecimiento y la justicia ante el luctuoso deceso del fiscal Nisman.

Si yo fuese la Presidente abriría en forma inmediata y completa todos los archivos de la central de inteligencia y los pondría a disposición de la Suprema Corte de Justicia, jueces, fiscales, diputados y senadores nacionales, organismos de derechos humanos, familiares de fallecidos en la causa AMIA, veedores internacionales imparciales y calificados, medios periodísticos, etc. para que sean analizados imparcialmente y arrojen luz ante tantas tinieblas para despejar los grandes y penosos interrogantes que se han ido agigantando a través de las ultimas décadas.

Si yo fuese la Presidente pondría el control de todos los organismos de inteligencia incluidos los de las fuerzas armadas para que sean controlados y fiscalizados por la Suprema Corte de Justicia y el Congreso Nacional quitándoles toda posibilidad de que puedan servir a agentes espurios completamente ajenos y lesivos al interés nacional y  ciudadano.

Si yo fuese la Presidente realizaría todas estas acciones para engrandecer a la nación, a sus instituciones, a sus ciudadanos y a todas las generaciones futuras de argentinos que vendrán, convirtiéndome así, en el gran estadista que esta dramática y trascendente hora nos reclama.



Dr. Guido Maisuls
Escritor y periodista.
Periodismo de opinión e investigación.




miércoles, 4 de febrero de 2015

Sobre mi identidad judía


(Certezas e incertidumbres)


El fundamento de mi identidad es como me veo yo mismo y no como los demás me perciban, me amen, me acepten, me odien o me rechacen. Reconozco que los enemigos de mi identidad no tienen que ver con el mundo externo sino con mis demonios internos.
Nunca vivencié una amenaza real para mi identidad judía pues esta siempre fue clara, concisa y natural.
Pero, ¿por donde pasa mi identidad judía?
Siempre me he visto como parte de ese pueblo Hebreo saliendo de Egipto ese 15 de Nisán del 2448 o año 1313 antes de la Era Común, que estaba en un gran dilema aguardando con gran temor a orillas del mar, sin saber qué hacer. Si entraban al mar podían ahogarse, si luchaban contra el ejército del Faraón podrían perecer en el combate y si volvían a Egipto deberían continuar en la esclavitud.
De pronto y con gran determinación, irrumpió Najshón, hijo de Aminadav, de la tribu de Iehuda e introdujo un pie en el mar pero este no se abrió, se sumergió hasta su cintura y luego hasta su pecho y el mar lo seguía cubriendo, cuando las aguas alcanzaron su nariz y ya no podía respirar… el mar se abrió y el pueblo con gran regocijo comenzó a cruzar por el sólido y seco lecho rumbo hacia la Libertad.
Siempre me he percibido en el Bunker de la calle Mila 18, Varsovia ese lunes 19 de abril de 1943 cuando Mordejai Anilevich lanza desde su bunker de la calle Mila 18, el levantamiento del Gueto de Varsovia para detener a las tropas nazis que comenzaban la segunda deportación masiva de judíos hacia los campos de la muerte, con poco más de doscientos combatientes judíos muy pobremente armados pero con la firme determinación de luchar contra el asesinato masivo y por la entonces utópica libertad de su pueblo.
Aprendí de mis mayores que en la vida hay que ser un hombre derecho y valiente, que hay que ponerle el pecho a la vida pero también hay que estudiar una carrera, aprender un oficio y ser un idishe mench.
A veces me he sentido como ese pueblo errante que ha sido obligado a dispersarse, a vagar interminablemente por todos los confines del orbe, rechazado y humillado, sin derechos a retornar a su mundo.
Algunas veces me he asumido como Teseo, quien en su desafío de vencer al Minotauro y salir ileso del peligro solo contaba con la ayuda del ovillo de hilo de su amada Ariadna para hallar el camino de salida del sombrío Laberinto.
¿Entonces por donde pasa mi identidad judía?
Otras veces he sido como Ajashverus, el eterno judío errante, que solo desea poder descansar algún día en su Tierra Prometida tan distante.
Otras como el legendario patriarca Jacob, a quien sus hijos llevaron de muy anciano a Egipto para después retornar con el próximo éxodo a su amada Tierra.
Pero también soy un sueño, soy un azar, soy un destino, cuando no se hacía adonde ir y me encuentro perdido, temo no poder encontrar mi verdadero camino.
Me rechaza sobremanera la posibilidad de vivenciar mi identidad como un prisionero de extraños y sombríos conjuros que opaquen la verdadera alegría de vivenciarla como una bendición, como el orgullo de ser.
Mi identidad judía no se construyó desde la eterna y persistente existencia del antisemitismo pues me rechaza la idea de ser una eterna víctima histórica. Opino como Jean-Paul Sartre que el judío auténtico se auto elije a sí mismo judío y no se identifica en la caricatura grotesca que el antisemita pretende mostrarle ya que no se avergüenza ni tiene motivo alguno para avergonzarse de su propia esencia.
Mi identidad judía no se origina del trauma del Holocausto pues me impacta negativamente la posibilidad de quedar atrapado definitivamente en la inevitable maldad del ser humano.
Mi identidad judía no proviene del miedo a la asimilación porque no acepto la desagradable fantasía de ser irremediablemente una especie en extinción como lo fueron los Tyranosaurus rex o los mamuts.
Creo que ser un judío hoy, es una opción de vida, es ser un irremediable rebelde que nade eternamente contra la corriente del conformismo, de la mediocridad, de la corrupción y de la maldad de los hombres.
Es oponerme activamente a las injusticias que percibimos en nuestra rutina cotidiana, es trabajar incansablemente desde mis imperfecciones y debilidades para ser una luz entre las naciones, es atreverme desde mis humildes lugares a hacer de este mundo un lugar realmente digno de ser vivido.
Hoy me siento orgulloso de ser un judío, de pertenecer al ancestral pueblo judío y de ser por mi propia elección parte de ese pueblo judío.
Mi identidad pasa por esa plegaria fundamental del judaísmo, la esencia de la fe monoteísta, la piedra angular de la Torá: "Oye, Israel, el señor es nuestro Dios, el señor es Uno" (שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, ה' אֱלֹהֵינוּ, ה' אֶחָד; Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad Deuteronomio 6:4).

Dr. Guido Maisuls
Escritor y periodista.
Periodismo de opinión e investigación.